lunes, 22 de octubre de 2012

La epifanía de Cassany

Daniel Cassany nos ha vuelto a deleitar con su presencia en unas jornadas organizadas por el CEP de Écija-Osuna. Obviamente y por razones de todos conocidas, sus conferencias despiertan un interés inusitado entre los docentes.
Hablar de lectoescritura implica leer a Cassany y recapacitar sobre el acto escritor. Cassany ha marcado y marca en los últimos años orientaciones metodológicas que nos llevan siempre a un punto de reflexión. No obstante, en esta última aportación podríamos hablar no sólo de reflexión sino de inflexión. El autor destaca el papel de las nuevas tecnologías en la escritura, y para ello nos pone delante de la realidad escritora en la que nos encontramos actualmente inmersos tanto los docentes como los discentes.
Comienza su conferencia poniendo sobre el tapete la diferenciación que Marc Prensky establece entre nativos e inmigrantes digitales. Esta distinción correlaciona directamente con docentes y alumnos. Los maestros, sobre todo los que accedimos hace unos años a la docencia, nos vemos inmersos en una cultura digital de la que no hemos participado desde sus comienzos, no hemos mamado de sus raíces ni la hemos asimilado en la forma. La hemos aprendido, pero quizás nos falta aprehenderla, hacerla nuestra. En contraposición, los alumnos han nacido en esta cultura digital, en sus formas, en sus modalidades, en su lenguaje, en su uso, es más, nuestros alumnos reinventan cada día un nueva manera de acercarse a las distintas tecnologías.
En esta realidad los maestros nos vemos en más de una ocasión en desventaja digital frente a los alumnos. Contravenimos a fuerza de clasicismo lingüístico las pérdidas que creemos tener, sin darnos cuenta de que actualmente es más necesario que nunca la lectura crítica y la escritura creativa. Manejar las nuevas tecnologías implica necesariamente leer y escribir, acciones que se conforman inseparables y necesarias,
rigiéndose en muchas ocasiones por la inmediatez y la universalidad del acto comunicativo. Se multiplican los códigos lingüísticos, los emisores y los receptores de la comunicación. De igual manera la tecnología nos acerca al cooperativismo lector y escritor. La lectura y la escritura, en palabras de Cassany, es utilizada por los usuarios digitales para desarrollar prácticas sociales y autonomizar cualquier actividad cotidiana.
Por todo ello no podemos ver las nuevas tecnologías en contraposición a la metodología clásica de lápiz y papel, sino como el hermanamiento de distintas maneras de hacer para llegar a un punto común: El aprendizaje y desarrollo de la lectura y la escritura como punto de partida de la socialización y la cultura. Por tanto será necesario tender puentes entre lo vernáculo y lo dominante.
Al respecto nos hace ver Cassany, las grandes posibilidades que se nos ofrece con las nuevas tecnologías y el importante papel que tiene el docente, ya que:

1. Al existir una multiplicidad de medios para la información, ésta tiene distintas orientaciones e ideologías. El docente desempeña una labor de objetividad indispensable ya que el alumno puede no estar preparado para distinguir, cribar y elegir acertadamente.
2. El alumnado tiene facilidad de acceso pero no de contenido. Lo que Cassany denomina “nombres” y “verbos”. El alumno nomina, usa y reconoce los parámetros que conforman las nuevas tecnologías; el maestro enseña a hacer, dota de significado y contenido el nombre y la acción. Es un camino de aprendizaje mutuo.
3. El maestro crea un contexto, pasa a ser la ayuda indispensable para que el alumno investigue, cree  resultados y se rija por criterios de calidad y rigor.
4. El profesor ofrece un mundo de posibilidades literarias a través tanto de los recursos clásicos como de las nuevas tecnologías.
5. Afianzar los recursos lingüísticos implica el rol de guía del profesor.
6. El maestro tiene en su mano la indispensable tarea de posicionarse junto al alumno y su cultura, enseñando y aprendiendo en un camino de cooperación.

Parafraseando a Cassany acojamos todos, maestros y alumnos, una epifanía digital que nos ayude a realizar actos comunicativos consecuentes, sociales, participativos y apropiados en cualquier medio.

Salud Romero
Directora del CEIP San Pablo de Sevilla.

1 comentario:

  1. Aprovecho la oportunidad que me permite la lectura de esta entrada con las aportaciones de Danniel Cassany, para expresar la necesidad urgente , a mi entender, que tienen nuestros hijos de que los educadores incorporen de manera más efectiva, el uso de las tecnologías como herramientas propias para aprender a aprender.
    Cuando a un niño , al margen de la edad (quizás menos los pequeños), le hablas de un ordenador, en un espacio neutro, me refiero a que no sea en la escuela o en zonas de ocio,... su mente se mueve antes por las aportaciones que este le hace al desarrollo de su ocio que por la oportunidad que les ofrece para su trabajo en el aprendizaje. Si les preguntas por qué, la respuesta también es previsible, sencillamente por el uso que hacen de él , porque es inmensamente mayor el tiempo que pasan sentados frente a las nuevas tecnologías para entretenerse o jugar que para desarrollar los trabajos de investigación propuesto por los educadores.
    Nos coge el toro... compañeros. El ritmo de la sociedad y los intereses que mueven estos ritmos, trabajan sin descanso para que la balanza esté posicionada donde está, lo hacen muy bien , trabajan sin descanso con nuevas aplicaciones, el ritmo es vertiginoso,juegos,... última tecnología,... y saben hacer llegar a nuestros niños todo esto de manera atractiva y de la noche a la mañana, es sorprendente...pero mientras...al otro lado de la balanza se está a años luz. Todos los niños y nuestros jóvenes saben cómo usar el ordenador para encontrar la información que necesitan, no lo dudéis,y saben lo fácil de su uso para el descubrimiento y el aprendizaje,es evidente que hay trabajo hecho pero , sencillamente, lo usan poco porque PUEDEN NO USARLO, privándose de tantas y tantas posibilidades de aprender más y mejor.

    Esto es una realidad que está ahí y que podemos cambiar desde casa. Como madre puedo empezar controlando el tiempo de ocio centrado en las tecnologías abriendo nuevamente otras opciones de peso para ello, pero necesito otro tipo de actuaciones externas que ayuden, al menos, a equilibrar la balanza.

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