miércoles, 7 de noviembre de 2012

DEBATE DEL MES: NOVIEMBRE 2012

 
El día de “Jálogüin” amaneció gris y neblinoso, como el incierto futuro de la enseñanza pública. Los padres acompañaban al colegio a sus hijos e hijas, quienes, especialmente contentos, entraban en las aulas. ¡Era un día de júbilo para todos!,  celebrábamos esta divertida fiesta exportada por los U.S.A. a través del cine y la televisión, y asimilada por nuestra cultura con gran éxito, al igual que  la forma compulsiva de consumir o la manera de habitar en  urbanizaciones de viviendas adosadas, ejemplo de una vida perfecta y feliz. Nadie habla sobre recortes, ¡no es buen día!, nunca es buen momento. Toca divertirse.
Tras haber dejado a nuestros vástagos a cargo de los docentes, los bazares chinos se llenaban de grandes colas humanas de desempleados; la mayoría, para consumir ese producto decorativo que tanto adorna nuestras viviendas adosadas la noche de “Jálogüin”. Esa tarde, dos inspectores de centros educativos públicos, dos docentes y una madre representante de las ampas se reunían en una radio local para tratar el tema de los recortes en la enseñanza pública. Las opiniones expuestas en la mesa redonda fueron interesantes y decisivas para entender y atajar los problemas de la educación, pero los oyentes a quienes directamente les afecta éstos no pudieron acudir a la cita, esa tarde tenían cosas más interesantes qué hacer, como prepararse para la fiesta o el puente de fin de semana.
Siempre hay un tema más interesante en nuestro día a día  que el de  los recortes. Hablar de los recortes o pensar en ellos es molesto para padres y madres, el problema no  parece nuestro. Una gran parte piensa que esta situación es pasajera y cuando termine la crisis, que será pronto, las aguas volverán  a su cauce, pero se engañan, pues lo que ocurre no es más que parte de una estrategia que pretende reducir o eliminar los servicios públicos para ofertarlos a manos privadas. Lo que tenemos no es un regalo, es el fruto de siglos de lucha. Lo que perdamos no volverá. En nuestras manos sólo quedará una calabaza.
Otros, han  oído hablar de los recortes en educación o en sanidad, pero  piensan (o creen pensar)  que “solo afectan a los trabajadores y trabajadoras del sector, a quienes les han bajado la nómina y les han eliminado la paga de navidad. Les obligan a echar más horas y como son unos vagos funcionarios protestan, quieren que los ciudadanos  les apoyemos  y no nos da la gana, porque mi marido o mi mujer también se ha quedado en paro o también cobra menos y no está dando voces ni hace huelga ni va a manifestaciones” (¡vamos un bendito!). “Nadie, nadie nos ha echado un cable”.
Hay otro grupo de padres y madres que no quiere pronunciarse sobre el tema de los recortes “porque ir contra ellos  es hacer política y la política no tiene nada que ver con la educación ni con los niños, que hagan lo que quieran porque yo en política no me meto y, además, no entiendo ni quiero entender; las manifestaciones y las huelgas para los politiquillos y para los que se meten en líos o van de líder.”
Otros  viven en un mundo disney de muñequitos y gominolas, no quieren ver la realidad, es mejor ignorarla para no sufrir y seguir pensando, al igual que sus niños, en hadas y castillos encantados.     
La historia parece que solo la conoce una minoría que sabe que tras largas décadas de lucha obrera, hombres y mujeres han conseguido los derechos sociales que hoy disfrutamos y nos estamos dejando arrebatar. Mujeres y hombres dejaron sus vidas y  vivieron la miseria y la tortura en las cárceles, perdieron a sus hijos y padres en la lucha por una educación, una sanidad y un trabajo digno para todos los pobres  analfabetos  y analfabetas que el sistema mantenía. Es la minoría que está informada sobre los recortes y sus consecuencias a la que no le importa luchar y manifestarse por la calidad de la enseñanza, es más, lo cree conveniente y muy necesario.  Apoya a los profesionales y cree que debemos luchar juntos porque el sistema que nos quieren imponer y que van a heredar nuestros hijos, es antidemocrático, injusto, ilegal, desigual y discriminatorio.
La minoría es consciente de que los recortes no se hacen por una cuestión de falta de dinero (dinero hay y todos sabemos dónde está), es una cuestión de cambio de modelo. Nos van a implantar sin haberlo elegido democráticamente, un sistema brutalmente antisocial que destruirá los pilares de la sociedad del bienestar, la educación y la sanidad pública, la justicia y los derechos laborales. Un sistema muy norteamericano, como el “jálogüin” que festejamos, donde el más fuerte económicamente tendrá más capacidad para obtener una buena posición en esta poderosa maquinaria.
En este nuevo sistema, nos preguntamos, qué lugar ocuparán los hijos de la clase trabajadora (y recordemos que todos los que tienen una nómina son trabajadores, aunque se crean aspirantes a ricos y se sientan lejos de tanta chusma). La respuesta no es muy optimista. Nuestros hijos estudiarán en una escuela pública pobre que habremos dejado destruir con nuestra pasividad, ignorancia y desidia. La enseñanza pública,  con todas sus carencias y problemas (por supuesto, todo es mejorable), ha ido creciendo en las últimas décadas ofreciendo a nuestros hijos e hijas una educación digna, democrática e igualitaria, sin exclusiones. Con las nuevas políticas de este desgobierno el derecho a la educación de los más pobres no va a ser posible. Sólo  veremos algún fruto gracias a la dedicación y la buena voluntad de los docentes.
Será una minoría  con alto poder adquisitivo  la que pueda  acceder a la Universidad, como ocurría antes. La pública  se está encareciendo de una manera extraordinaria, con una gran tendencia a ser controlada por los poderes políticos de turno, la banca y las grandes empresas.
Una buena formación profesional es lo  que nos prometen  a los  pobres; pero sin una buena inversión y una buena reforma coherente y consensuada esto no es posible. ¿Para los ricos la universidad y para los pobres la formación profesional?
El estado no parece garantizar a las nuevas generaciones  el derecho a una educación digna, la situación sin duda tenderá a volverse catastrófica y es por ello que todos debemos movilizarnos en defensa de la enseñanza pública, para que ningún gobernante pueda atropellar nuestro bien común.
Padres, madres, docentes y estudiantes debemos estar más unidos que nunca. El problema es de todos, nuestros hijos estudiarán en el seno de una enseñanza pública sin recursos y de baja calidad que no podrá competir con la enseñanza privada  o concertada, beneficiadas ambas con dinero público (para coger dinero nunca está mal lo público); y los docentes verán minusvalorado su trabajo al impartir sus conocimientos en centros que  previamente  han sido degradados. Es por ello, que debemos citarnos todas las partes para poder organizarnos, olvidar las diferencias,  dialogar  y, juntos, empezar a movilizarnos por intereses comunes.  Si somos capaces de reunirnos para una fiesta, también podemos hacerlo para una protesta contra los recortes y las reformas terroríficas que plantea nuestro desgobierno en este “Jálogüin” terrible  y  permanente.
Es hora de demostrar  a nuestros politicuchos que juntos podemos defender nuestros derechos.
  

Helena González Luna
Madre del Colegio Público Padre Manjón y del IES Juan Ciudad Duarte

9 comentarios:

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  2. Es curioso que seamos transparentes o receptivos solo para los snobismos yanquis o anglosajones, pero nunca copiemos sus virtudes.
    En Francia una huelga es una huelga de verdad. Y todas las castas se enteran de que su país les ha montado una huelga.

    La mayoría de los países de la UE rechazaron en el referéndum una Constitución Europea ultra neoliberal, mientras en España dijimos que sí como beodos apacentados a un texto que daba soporte legal al terrorismo financiero que ha llegado luego.

    Nos hallamos ahogados por las directrices económicas que nos convierten cada vez más en un país consumidor y sin capacidad de estimular la economía o crear una industria. Somos una nación consumidora (la república bananera) de las demás. Somos el cliente barato de las naciones que sí invierten en investigación y la transforman en tecnología para finalmente obtener una industria.

    Pero todo es más tenue, más llevadero, si nos inyectamos “en vena” un poquito de Jalogüín.
    Señores, uno no puede ser agorero o demagogo si dice que desde este curso hay una brecha social en educación. Que habrá generaciones a las que este desastre las condena al remiendo en el pantalón.

    No es demagogia. Cualquiera de nuestros hijos necesita hoy 6000, 9000 o 15000 euros (si no aprueba a la primera) para cursar una carrera universitaria. Sólo estudiarán algunos. “Comprarán” un título que ya no sirve si no cursas el Máster correspondiente que cuesta el doble. ¿Estamos o no estamos ante una brecha de clases?

    Siempre me pregunto si la tasa de reposición (10%) sólo cubre a un profesor de cada 10 que se jubilan, ¿qué pasará con la educación pública al cabo de cinco años? Al cabo de 10 años, ¿existirá plantilla docente en nuestros colegios e institutos?

    Menos mal que, al menos, (a mí que no me gusta Jalogüín) tengo Madrid a tiro de piedra para meterme “en vena” un poquito de Eurovegas.

    http://antoniomuñozmolina.es/2012/09/su-excelencia/

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  3. Enhorabuena Helena por verbalizar, ahora nos toca difundir y hacer reflexionar a los padres y madres de defender la educación de sus hijos, presente y futura. Una madre.

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  4. Importante reflexión y exposición la del texto de debate de este mes. Primero por venir desde una madre de alumno situada fuera de la escuela, aunque relacionada e interesada por ella,y segundo porque denuncia un problema grave que va más allá de los recortes o los dineros, esos pueden ir y venir, y que afecta a un cambio de modelo en el que una vez aceptado el acceso universal de todos a la educación, se trata ahora de ordenar, segregar y jerarquizar: Educación para todos pero no la misma educación.
    Luchar o resistir contra esa tendencia, mientras nos entretienen con fiestas, implica superar el divorcio que,en estos momentos, hay entre la escuela y los padres. Los profesores han de volver a integrar a los padres en la tarea educativa de la escuela y éstos deben volver a confiar en los profesores, los cuales lo que menos necesitan es control burocrático y desconfianza de su labor.

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  7. Tras leer las palabras de Helena y los comentarios de los demás compañeros de blog, tan solo podría añadir una cosa. ¿Por qué tras años de consciente despilfarro, ineficacia e incluso fracaso del sistema educativo español no hemos empezado a quejarnos o a manifestar nuestro descontento hasta ahora? Porque sí, yo estoy muy descontenta con los recortes y prácticamente subscribo las reflexiones vertidas sobre el tema en este blog, pero no menos que hace cinco o diez años cuando me escandalizaba lo alegremente que se manejaban miles de euros sin objetivos claros y eficientes (que no fueran electoralistas, populistas, o simplemente, en los centros, el "vamos a gastarlo en lo que sea antes de que el año que viene nos den menos"). O cuando se vaciaban las aulas (con el consentimiento de los padres de los ausentes) porque muchos alumnos de 16 se iban a trabajar para ganar mucha pasta en la construcción.O cuando se montaban aulas y centros TIC que se desmantelaban antes de haberse podido usar. O cuando empezaron a bajar los niveles de los alumnos en aspectos básicos para el aprovechamiento general de la enseñanza como comprensión lectora. Y no pasaba nada. Bueno, nada parecido a las quejas que ahora se escuchan. Y eso que es de lógica elemental que, cuando los bienes son limitados y el gasto exagerado e inadecuado, llega un momento en que o se frena, o se acaba. Menchu Merchán.

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    1. Hola Menchu. Estoy muy de acuerdo con tu comentario. Desde los poderes públicos y las administraciones se ha despilfarrado y se sigue despilfarrando mucho dinero, se ha gestionado mal y se sigue gestionando mal, se ha robado y se sigue robando. Muchos proyectos y programas han sido elaborados y gestionados por cargos puestos a dedo y cuando se han llevado a la práctica no se han hecho seguimientos ni evaluaciones; si se han hecho y sus resultados no han sido positivos se ha seguido hacia delante porque a los políticos de turno les ha interesado. Esto no sólo ha ocurrido en educación sino en toda las administraciones y, por supuesto, muchas de las personas que criticamos hoy la situación que vivimos, veniamos criticándola años atrás; no hemos estado callados, eramos conscientes de lo que estaba sucediendo y cuáles serían sus consecuencias (quizás la población no nos ha prestado atención o no nos ha visto). Curiosamente, no perteneciamos ni pertenecemos a los partidos políticos de turno ni queriamos ningún beneficio extra de ellos, simplemente eramos y somos críticos. Criticar y vigilar a los poderes públicos nunca ha estado bien visto en este país y ahora que hay mas gente haciéndolo se nos quiere callar. El despilfarro y la mala gestión puede que hayan traido como consecuencia estos recortes, pero como digo en mi escrito todo lo que nos está sucediendo es fruto de un cambio de modelo (seguimos gastando dinero en otras cuestiones interesantes para los políticos y no para los ciudadanos como seguimos leyendo en los medios críticos). Los ciudadanos de a pie no tenemos porqué pagar las consecuencias de la mala gestión de los poderes públicos y si, ahora, hay más gente que critica bienvenida sea ya que nos hará falta mucha más.

      Saludos. Helena.

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    2. No puedo estar más de acuerdo contigo, Helena. Una crítica fundada, informada, reflexiva y con responsabilidad ciudadana; independiente de los partidos e ideologías, con ganas de escuchar para mejorar el conjunto es lo que nos hace falta. Lo lamentable es que tengamos que llegar a situaciones críticas para ponernos a ello. Como tú misma dices, algunos ya lo llevamos haciendo tiempo, pero o no nos escuchaban o se nos consideraba un grupo de contestatarios inadaptados.
      Menchu

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