domingo, 3 de febrero de 2013

UN SOS EN LA SEMANA DE LA PAZ


El día de La Paz me ha hecho reflexionar sobre las paradojas que a veces se originan en los centros escolares, COMUNIDADES EDUCATIVAS, en torno a las celebraciones. Paradojas, algunas de ellas, que deberíamos evitar dada la repercusión que nuestra labor docente ejerce sobre la educación integral del alumnado. Porque la Paz, sin ir más lejos, no se puede limitar a ser una expresión EXTERNA, sostenidas en canciones, actividades y propaganda festiva, sin que esté apoyada en un verdadero sentimiento que impregne todo nuestro quehacer como educadores y componentes de un grupo humano que trabaja para y por La Paz. Nuestra persona toda, por y para todos, sean o no sean "de nuestro equipo”. 

Enseñamos a integrar ¿Integramos? 
Enseñamos a respetar, ¿respetamos? 
Enseñamos a resolver y no expulsar ¿no expulsamos?
Enseñamos a competir de manera sana ¿somos honestos y conseguimos nuestros objetivos con "buenas artes"?
 La paz que se vive desde dentro, la que le da sentido a los actos y VERDAD. ¿Qué hay de esa paz? ¿La dejamos crecer en los entresijos de nuestras organizaciones escolares? Desgraciadamente, la violencia existe a pesar a veces de las apariencias, a pesar de las sonrisas que en algún momento has creído verdaderas, a pesar de la preocupación que algunos manifiesten hacia ti, a pesar de intentar hacer las cosas bien..., la violencia existe, y a veces, la peor de todas: la que se oculta, la que no se deja ver, la que hace actuar como niños caprichosos, y consentidos por nuestros mayores. Esa violencia que se vale del más débil, de la juventud, de los que no conocen, de los mal informados,... A veces es muy evidente, otras muy sutil, y en ocasiones, comete el error de dejarse ver entre la marea,...amenazando, intimidando. ¿Todo vale? Cuando toca resolver en medio de una encrucijada, la toma de decisiones lleva a veces consigo procesos realmente muy discutibles. En esta querida escuela pública, escuela DE TODOS Y PARA TODOS,… no, no todo vale. Pero, aún queda la ESPERANZA de conseguir un día que las paradojas dejen paso a la VERDAD para todo y en todo. Entonces, sin menoscabo de la integridad física y moral de ninguno de los que forman parte de la tripulación de este gran barco de la EDUCACIÓN, habremos conseguido SER para nosotros mismos y los demás. 

Rocío Moyano Del Estad
Profesora de Primaria en el CEIP “El Manantial” - Bormujos

3 comentarios:

  1. Interesante, Rocío.

    ¿Dia de la Paz? Me creo mucho más, al que con una actitud silenciosa pero positiva, trabaja por la PAZ en los centros educativos.... que en aquel que necesita de esas canciones y esa propaganda festiva... para enmascarar esa falta de sensibilidad hacia todo lo que le rodea. Necestan enarbolar una bandera en la que ni ellos mismos creen. Y cuanto más falta de sensibilidad y respeto hacia los demás...más alto quieren alzar el estandarte de la PAZ.

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  2. Llega un momento en el que la necesidad de que tener una sociedad responsable, que entienda e interiorice el esfuerzo personal y la formación, como el más valioso tesoro y único medio para para la evolución adecuada de nuestra raza, nos lleva a un cumplimiento de nuestra responsabilidad como profesionales, como un DEBER INCUESTIONABLE, y fácilmente caemos en el olvido del crecimiento personal, del derecho de trabajar ilusionados y apoyados, como si estas cuestiones fueran nimiedades, insignificancias de segunda. ¿Pero qué ocurre si no nos vemos apoyados, por los propios compañeros , que son los únicos que conocen cada detalle del contexto específico donde trabajamos o educamos, los únicos saben la suma de dificultades añadidas en la profesión que desempeñamos?.
    Estamos en un momento en el que todo queda registrado,... protocolos de todos los "colores" a seguir al pie de la letra de cara al niño, de cara a las familias, dentro del aula y fuera de ella...pero los detalles más importantes, no se atienden porque no están escritos.
    No es una tontería, anunciar o denunciar la NECESIDAD de desempeñar tu noble profesión con toda la ilusión que, a veces nos desborda como si fuéramos un niño más.
    ¡ Cómo se multiplica nuestro hacer o nuestra efectividad y acierto, cuando la ilusión tira de nuestro trabajo...pero cuánto divide, ¡¡ enterémonos...!!!, cuánto divide cuando se nos roba.!!

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  3. Desde mi propia experiencia como maestra de Infantil, y después de haber tenido la suerte de trabajar en centros muy diferentes, he llegado a preguntarme si de verdad es tan efectivo el trabajar la Paz como lo hacemos a veces. Se celebra con canciones, con el desarrollo de actividades que muchos niños no entienden, y lo tomamos generalmente como una obligación impuesta. En las aulas trabajamos la resolución de conflictos, el establecimiento de unas normas de convivencia, y es mucho más efectivo nuestro currículo oculto (el que no se ve) del día a día con nuestra propia actitud. No podemos intentar inculcar esos valores cuando los niños nos ven discutiendo con otro maestro, cuando delante de ellos los padres nos desautorizan, o cuando fomentamos la competitividad entre ellos mismos (aunque en ocasiones no somos conscientes de ello). Somos modelos para los más pequeños, una referencia a seguir junto a la que ofrecen sus familias, y en nuestra sociedad están bombardeándonos continuamente con la idea de que tenemos que ser el mejor aunque para ello olvidemos el respeto y la tolerancia. Y todo esto lo están viviendo en la calle, en sus casas y en la propia escuela. Por eso pienso que debemos ser más autocríticos, haciéndoles llegar los mensajes que queremos transmitir de forma efectiva y realista, donde encuentren el sentido de por qué hacemos tal actividad o aprendemos tal canción; el aprendizaje significativo del que tanto se habla y que, a veces, no practicamos.

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