Le escuchamos en un local del Madrid —todavía repiquetean sus palabras en mi cabeza—. Sentados junto al Maestro: Una experiencia impagable.
El maestro nos dice, nos regala una sentencia:
El maestro nos dice, nos regala una sentencia:
— Camarón fue el más grande.
A compás todos los cabales de aquel cuartito. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Un silencio. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Silencio. Doce.
El Maestro carraspea (Silencio entre los cabales)
— Hice este fandango de Macandé... (El maestro entona un tercio). Se lo canté a Camarón para que fuera el primero que grabara un fandango de Macande... Camarón fue el más grande.
Llama Gamboa. La una, las dos, las tres... El Maestro duerme, no despierta. No responde. Elucubra. Sueña con la Huerta de San Vicente, ríe con Bergamín. Llora con San Juan de la Cruz, traduce a Leonard Cohen.
Los cabales hablan a compás. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Un silencio. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Silencio. Doce.
Llama Gamboa. La una, las dos, las tres... El Maestro duerme, no despierta. No responde. Elucubra. Sueña con la Huerta de San Vicente, ríe con Bergamín. Llora con San Juan de la Cruz, traduce a Leonard Cohen.
Morente duerme. Pervive en una Estrella.
Hasta siempre Maestro.
¡Ole fernando! Me emociona leerte. Ayer fue un dia triste. Sólo escuchar al maestro puede consolarnos y nuestras lágrimas, en el cuartito de los cabales, son la única forma de pagar su arte. Gracias, una, dos, tres y doce veces Fernando. Silencio
ResponderEliminarRealmente precioso ¡Qué sensibilidad para escribir!
ResponderEliminarLos cabales hablan a compás. Siempre habló el maestro a compás. Siempre. Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Morente.
ResponderEliminarQué compás encierran estas palabras, que consigues sacar de tus elucubraciones, para conformar la emoción del anónimo lector?
Una vez más... Sueño con seguir leyéndote.
Y a ti maestro... sigo escuchándote!!
pssss.... Morente duerme...