martes, 14 de diciembre de 2010

MORENTE PARA SIEMPRE



Le escuchamos en un local del Madrid —todavía repiquetean sus palabras en mi cabeza—. Sentados junto al Maestro: Una experiencia impagable.


El maestro nos dice, nos regala una sentencia:

— Camarón fue el más grande.

A compás todos los cabales de aquel cuartito. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Un silencio. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Silencio. Doce.

El Maestro carraspea (Silencio entre los cabales)

— Hice este fandango de Macandé... (El maestro entona un tercio). Se lo canté a Camarón para que fuera el primero que grabara un fandango de Macande... Camarón fue el más grande.

Los cabales hablan a compás. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Un silencio. Cinco acentos: un, dos, tres, cuatro y cinco. Silencio. Doce.

Llama Gamboa. La una, las dos, las tres... El Maestro duerme, no despierta. No responde. Elucubra. Sueña con la Huerta de San Vicente, ríe con Bergamín. Llora con San Juan de la Cruz, traduce a Leonard Cohen.

Morente duerme. Pervive en una Estrella.


Hasta siempre Maestro.

3 comentarios:

  1. ¡Ole fernando! Me emociona leerte. Ayer fue un dia triste. Sólo escuchar al maestro puede consolarnos y nuestras lágrimas, en el cuartito de los cabales, son la única forma de pagar su arte. Gracias, una, dos, tres y doce veces Fernando. Silencio

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  2. Realmente precioso ¡Qué sensibilidad para escribir!

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  3. Los cabales hablan a compás. Siempre habló el maestro a compás. Siempre. Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Morente.
    Qué compás encierran estas palabras, que consigues sacar de tus elucubraciones, para conformar la emoción del anónimo lector?
    Una vez más... Sueño con seguir leyéndote.
    Y a ti maestro... sigo escuchándote!!
    pssss.... Morente duerme...

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