sábado, 22 de junio de 2013

El príncipe destronado

A lo largo de los años de este blog he tenido una participación escasa. Pero no quisiera acabar mi etapa como director del IES Los Álamos sin hacer una aportación significativa. Como hago con mis alumnos, me gustaría recomendar un libro, que este año se ha puesto de moda en Bormujos, quizá olvidándose el verdadero sentido del libro y qué quería decir el autor. Leer un libro o, incluso, oír hablar del mismo, no siempre quiere decir que se conoce bien y, sobre todo, que se entienda. Por mi trabajo de profesor de Lengua, los libros son mi ámbito cotidiano y en ellos hallo respuestas que la vida no ofrece, porque los autores que han dejado escritos sus obras, van más allá de los comunes sentimientos humanos de la mediocridad, la envidia, la prepotencia, el ansia de poder, el nepotismo, etc. 

En 1964 Miguel Delibes (1920-2010) escribió una novela corta con este título "El príncipe destronado". No es un libro para niños, pero sí un libro de niños, cosa bien distinta como sabemos. En el conjunto de su obra esta novela tiene algunas características que la hacen original y estimable. La primera de ellas que transcurre en tiempo real. En "El príncipe destronado" todo se desarrolla en un único día del frío diciembre, mejor dicho, en doce horas de ese día. Además, aunque es una novela, bien podría ser una obra de teatro, pues lo que predominan son los diálogos. Este carácter dramático o dramatúrgico fue advertido por los cineastas españoles que la convirtieron en una película, que acentuaba uno de los aspectos del libro y que, por eso mismo, se llamó "La guerra de papá". Otra característica muy interesante es que el peso de la acción recae sobre un niño, un niño muy pequeño, de tres años, batiendo quizá un récord del que el propio autor era consciente. Recordemos que el protagonista de "El camino" es mayor, tiene ya once años. Por eso, aunque el telón de fondo es la difícil, lúgubre y triste sociedad española de la postguerra, los conflictos solamente aparecen en tanto están relacionados con el mundo de los niños, que es, de esta manera, el centro de la narración. 

El carácter de Quico, el protagonista, queda expuesto en las primeras líneas del libro, en las que soñoliento, abre los ojos e imagina ver el arcoiris entrando por la ventana. Inocencia, precocidad, supervivencia en un mundo de adultos ocupados, gracia e ingenuidad, todo ello aparece reflejado en este personaje que vive momentos difíciles por la presencia en la familia de su pequeña hermanita, Cris, nacida hace pocos meses, y que le ha arrebatado su trono, que no es otro que el corazón de mamá, la preeminencia ante su amor y sus cuidados. Quico y sus hermanos, Pablo, Merche, Marcos, Juan y la pequeña Cris, son los niños que aparecen rodeados de unos adultos que se mueven en dos planos bien distintos y de los que ellos son partícipes a la vez: el mundo de los señores, papá, mamá, la tía Cuqui, y el mundo de los criados, la Vito, la Loren, la Domi, el Femio...Delibes maneja con acierto la forma hablar de unos y otros, niños, señores y criados, en una suerte de "Arriba y abajo" que convence y que nos traslada a esa casa de clase media en la que se añoran otros tiempos y en las que los niños tienen que sobrevivir a base de imaginación.

Junto con los diálogos, tan logrados, el dibujo de los personajes, que aun siendo numerosos no se reflejan con trazo grueso sino con sus aristas bien conseguidas, es otro elemento fundamental de la novela, que demuestra la tradición clásica de Delibes, sus lecturas y sus conocimientos de la literatura española. Ahí está el ausente padre, perdido en la ensoñación de la victoria; la apagada esposa, desbordada como madre y desengañada como mujer; la criada pícara y taimada, Domi; la inocente sirvienta que completa la pareja amorosa, Vito...y, sobre todo, los niños, por cuyos ojos pasan los acontecimientos, las horas y los problemas, devolviéndolos al lector plenos de otra luz, la que ellos aportan. 

Su relevancia en la literatura no ha sido solamente debida a que es de lectura fácil, o a que fue llevada a la pantalla, en una acertada versión dirigida por Antonio Mercero, sino quizá también en que refleja una sociedad que, cuando el libro se publicó, en 1973, nueve años después de ser escrito, ya había desaparecido, dejando paso a otras nuevas formas de vida. Es una novela urbana, en contraposición a esas otras del autor en las que la naturaleza es reina y señora, haciendo justicia a su afición por el campo, su querencia por la tierra y su especial modo de relacionarse con la naturaleza. 

El príncipe destronado sufría ante la llegada de su hermanita porque pensaba que sus padres habían dejado de quererlo. Pero se equivocaba. Porque, en la escena final, la que reconcilia al lector con el personaje de la madre, tan esquiva, sobrecargada y distante todo el tiempo, ésta toma la mano del niño y le manifiesta así su amor. Qué tendrá la mano de una madre, dice una criada. Fuera lo que fuese está claro que, en realidad, el príncipe conservaba su trono. Y para siempre.

11 comentarios:

  1. Preciosa entrada sobre un libro que hemos leído todos de jóvenes. Gracias al autor por publicarla y también, cómo no, por haber hecho de Los Álamos, durante tantos años, un instituto de calidad, donde mis hijos han sido felices.
    Tere, madre.

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  2. Gracias Don Antonio.

    Un grupo de madres y padres.

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    1. Gtacias D. Antonio por tu recomendación y feliz verano.
      Paqui Ortiz, Directora del IES Ntra Sra del Rocío de Villamanrique de la COndesa

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  3. Gracias por tu recomendación, Antonio, me leeré este libro pues aún no lo había leído y la argumentación que nos has propuesto me ha gustado.
    Por otro lado, darte las gracias por los años que nos has dado como Director del IES Los Álamos, haciéndonos sentir orgullosos del mismo tanto padres como alumnos. Gracias por todo, te echamos de menos, que todo vaya bien...
    Padre de alumno de 3º B y Secretario de la AMPA "Dr. Pérez Vega".

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  4. Gracias Antonio, desde el AMPA siempre estaremos agradecidos por tu colaboración y dedicación tanto a los alumnos como a los padres. Nada importa ahora tanto como tu recuperación para que sigas alegrando la vida de nuestros niños.
    Pilar Martín Bejarano, Presidenta del AMPA.

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  5. Me ha emocionado el texto, escrito por alguien que lleva dedicados tantos esfuerzos a la escuela pública, que se reivindica con trayectorias limpias y honradas como la de nuestro querido director, D. Antonio.

    Isabel, madre de antiguas alumnas

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  6. Antonio. Extraordinaria exposición sobre un libro que invita a ser leído, gracias.
    Certero el título del artículo que después de reflexionarlo adquiere elementos simbólicos en cuanto a la clase intencional del que lo designa.
    Pero si bien estos dos elementos manejados con maestría por parte de un maestro de lengua y literatura que ha sido educador de generaciones, quisiera utilizar estas líneas para manifestarte desde años de silencio, mi reconocimiento A TU PERSONA.
    El análisis adecuado de tus reflexiones, el modo ecuánime y equilibrado en su exposición, y la permanente escucha en momentos difíciles te han convertido en MAESTRO DE MAESTROS.
    Han sido años de esfuerzo codo con codo, desde el más absoluto esfuerzo por una forma de entender el trabajo colaborativo, sin egoísmos, sin personalismos.
    Vine a Bormujos y me encontré un director, hicimos camino y recorrido juntos y fuiste dejando huellas, y miro hacia atrás y veo que esas huellas no se borran porque los cargos se van diluyendo y quedan las personas; porque contigo he descubierto que "... las huellas de las personas que caminan juntas nunca, ..., nunca se borran".
    GRACIAS Antonio, amigo, porque has sabido enseñarnos a algunos maestros una forma de entender y de concebir la escuela que engancha, que convence y que permanece y en ese magisterio, hay una GRAN NOBLEZA.

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  7. DOS FELICITACIONES Y UN DESEO
    El texto enviado al Blog por Antonio Mesa sobre el libro de Delibes invita a la reflexión y a que ésta sea compartida con todos en forma de dos felicitaciones y un deseo.
    En primer lugar, felicitarnos todos por la presencia y la aportación de Antonio a Bormujos Educa que espero que continúe. Es verdad, como él mismo dice, que su aportación ha sido escasa desde su creación hace más de tres años pero seguro que recordará cuando le hablaba de la importancia del Blog para la expresión de ideas y sentimientos de todos los sectores que participamos en la educación de Bormujos y para que esa expresión se convirtiera en reflexión critica colectiva. Me alegro enormemente que se haya decidido ahora a hacer una aportación significativa y me felicito de que el Blog haya servido para expresarla y, sobre todo, para expresarle a él los sentimientos e ideas de otros participantes.
    La segunda felicitación se refiere al acierto del libro elegido. La verdad es que lo podríamos haber convertido en Libro del Mes ya que se trata de un libro indispensable para toda persona dedicada a la educación y, sobre todo, a la educación de los sentimientos. Desde este punto de vista, la enseñanza fundamental que me inspira el libro, la que creo que aprende el pequeño protagonista, es que el amor de su madre, y de todo los que alguna vez lo quieran, no tiene nada que ver con realezas, cargos, poderes o tronos y, por ello mismo, ese amor será eterno, porque es por él mismo y no por su posición respecto a los hermanos. En otras palabras, aprendió y descubrió que nunca fue príncipe y nunca tuvo un trono por lo que tampoco puede ser destronado. Primera y fundamental lección de la educación sentimental de cada uno.
    Por ultimo, el deseo. Un deseo para Antonio que no es distinto al que deseo para mí mismo: Nunca dejes de aprender.
    Un abrazo y buena suerte.

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  8. Podrán quitarme todo menos la libertad de pensar. Esto lo decia Mandela y se decia en la pelicula Invictus. Hay profesores que te enseñan cosas y otros que, ademas, te ayudan a ser persona. Yo fui un mal alumno pero Don Antonio me trataba como si fuera el mejor.
    Fran. Ex-alumno.

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  9. Si hay principes.. Todos lo somos de alguna forma y para algunas personas. Lo peligroso es creerse el único príncipe o, lo que es peor, un rey capaz de decidir quién es un príncipe y en qué momento.
    Los verdaderos príncipes valoran la lealtad, pero no la adulación y el sometimiento. A diferencia del Miles Gloriusus que busca la alabanza incondicional y se rodea de palmeros.

    Mi agradecimiento a los padres, alumnos y compañeros que me han mostrado su cariño a través de sus comentarios.

    Antonio Mesa Ruiz

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  10. Pues yo comparto el análisis de Antonio, al que felicito pir su larga trayectoria en este centro y sobre todo por su enorme capacidad para afrontar retos y para dar respuestas originales a las situaciones. Recuerdo sus maravillosos cursos en el Cep. Su inteligencia y su formación, su liderazgo y su facilidad para empatizar con la gente son admirables. Mucha suerte.
    Nicolás C. Maestro y alumno dd los cursos de flamenco. Pilas.

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